Museo nacional del Prado

Ribera

Maestro del dibujo

Desplazarse

No solo santos

La fantástica exposición que en torno a los dibujos de José de Ribera, El Españoleto, abre sus puertas en el Museo del Prado comisariada por Gabriele Finaldi es ante todo la negación de un lugar común: la creencia de que el artista español del XVII fue tan solo un pintor de crucifixiones, cristos, vírgenes y ángeles. El creador valenciano afincado en Nápoles fue además, como refleja la muestra, un magistral retratista de los desamparados, los deformes, los torturados y los personajes de la mitología clásica

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El españoleto

Rarezas y caprichos

En sus dibujos, el pintor da rienda suelta a su imaginación, a sus obsesiones más oscuras, esas que no lleva a la pintura y se quedan en el ámbito privado, lo que le permite mayor libertad

Gabriele Finaldi: “El tema de los dibujos de Ribera es un hombre atado a un árbol”

El comisario de la exposición en el Prado comenta la obra gráfica del artista español

Dibujos de Ribera

Tesoros de tinta a pluma

Algo más de dos tercios de sus dibujos están hechos con esta técnica, el medio preferido de Ribera en un corpus que, en medio siglo, ha cuadruplicado su número. ¿Quedarán más alhajas desconocidas?

Tres ciudades y una vida

Xàtiva 1595 - 1606

De los primeros 15 años de José de Ribera apenas hay documentación. Se sabe que nació en Xàtiva, en 1591; que su padre fue el zapatero Simón de Ribera, su madre se llamó Margarita Cucó y tuvo un hermano, Juan, que también se dedicó a la pintura y con el que luego compartió casa en Roma. Poco más se puede añadir a la temprana biografía del artista, porque la hipótesis avanzada por Palomino de una formación inicial en Valencia, en el taller de Francisco Ribalta, resulta del todo infundada.

Se marchó a Roma hacia 1606, con 15 años, y así lo manifiesta él mismo en una declaración que forma parte del expediente abierto como requisito previo para su matrimonio con Caterina Azzolino a finales de 1616 –para entonces llevaba ya varios meses residiendo en Nápoles–: “Hará unos diez años que salí de Valencia mi patria y fui a Roma para aprender a pintar, donde estuve diez años”.

A pesar del poco tiempo que pasó en Valencia, él solía emplear la forma valenciana o aragonesa de su nombre: Jusepe, excepto en las firmas en latín, donde escribía Joseph o Ioseph. Y a pesar también de no haber trabajado nunca en España, incluso mientras vivió estuvo ampliamente representado en las colecciones españolas más importantes, especialmente en la Colección Real.

Ribera en Valencia

Roma 1606 - 1616

En Roma siguió los pasos de Caravaggio en pintura y se formó a la vez como dibujante claramente académico. Tampoco de los primeros años allí hay información. No es hasta 1612 cuando aparece el primer documento que lo sitúa en la capital italiana, lo describe como pictori in Urbe, lo que significa que ejercía de pintor por cuenta propia.

Antes de eso pasó por Parma, donde pintó, por ejemplo, San Martín y el pobre para la iglesia de San Andrés, que aunque perdido, es conocido por un grabado y varias copias antiguas. Es cierto que el periplo italiano de Ribera no está del todo cerrado, y no se sabe si viajó primero a Nápoles, luego a Roma y después a Parma; o primero a Génova y después a Parma… En cualquier caso, en 1613 –ya miembro de la Academia de San Lucas– aparece con domicilio en la romana Via Margutta, junto a su hermano Juan.

La investigadora independiente Viviana Farina, que ha explorado los estímulos romanos de Ribera reflejados en sus obras, apunta desde la escultura antigua hasta las pinturas de Rafael y Miguel Ángel, Caravaggio, Guido Reni, los Carracci y el Cavaliere d’Arpino. Esto lo sitúa como un pintor plurifacético y complejo, y lo saca del caravaggismo donde ha sido encajonado habitualmente.

Ribera en Roma

Nápoles 1616 - 1652

En Nápoles se estableció al servicio de los virreyes españoles, y allí permaneció hasta su muerte en 1652. Se casó poco después de llegar con Caterina, la hija del pintor y marchante Giovan Bernardo Azzolino; y empezó a recibir grandes encargos, no solo del virrey, sino de otros nobles españoles, ilustres comitentes y coleccionistas italianos y extranjeros.

Desde aquella ciudad desarrolló la mayor parte de su carrera: desde el uso vibrante de la luz y el color hasta el misticismo contrarreformista de cuño ibérico e influencia jesuítica, naturalismo, dibujos, grabados…

Y también desde allí ejerció una enorme influencia en los artistas de su entorno hasta una generación después de su muerte. El artículo de Vitzthum de 1963, Le dessin baroque a Naples, defendía que el papel de Ribera había sido tan fundamental para el dibujo, como el de Caravaggio para la pintura.

Ribera en Napoles
Xàtiva Roma Nápoles

DEL LÁPIZ AL PINCEL

La única pintura para la que se conservan varios dibujos preparatorios es La Inmaculada Concepción de Salamanca, de 1635, cuatro esbozos en tinta a pluma. Aparte de esos, hay pocos bocetos del artista valenciano, quizá no pasen de 16. Eso da una idea de lo mucho que se ha perdido, sobre todo si lo comparamos con el número que existe de otros pintores contemporáneos no napolitanos de Ribera activos en Nápoles, como Domenichino y Giovanni Lanfranco. Aquí, te mostramos en un juego de similitudes algunos de los dibujos que podrían haber sido esbozos para las pinturas

  • Estudios de Tizio (Instituto Centrale per la Grafica, Roma) y Tizio (Museo del Prado, Madrid). De todo el corpus de dibujos de Ribera, algo más de 160 bocetos, pocos tienen una función preparatoria, es decir, realizados ex profeso para pintar un cuadro posterior.

  • Santo atado a un árbol (British Museum, Londres) y Martirio de San Felipe (Museo del Prado, Madrid). Repite el tema de los hombres atados a árboles que le servirán para las pinturas de Los martirios de san Sebastián, San Esteban o Polícrates indistintamente.

  • Sansón y Dalila (Museo de Bellas Artes de Córdoba) y Sátiro ebrio (Museo di Capodimonte, Nápoles). Aunque son dos temas que no tienen relación, la composición de ambas obras es similar.

  • Cabeza de sátiro sufriendo (Mrs. Judith M. Taubman, Nueva York) y Apolo y Marsias (Museo di Capodimonte, Nápoles). No es la misma cabeza, pero sí un estudio que Ribera repetirá cuando le sea necesario. En concreto en esta obra es similar a la de Marsias y a la de los sátiros del fondo.

  • San Sebastián (Ashmolean Museum, Oxford) y San Sebastián (Museo del Prado, Madrid). Ribera considera la pintura y el dibujo como dos actividades independientes. No hacía dibujos preparatorios como tales, pero sí ejercita ideas que repite y varía y que luego llevará a sus pinturas, no de forma exacta, pero sí usando temas y posturas.

Los seis nuevos españoletos

Fueron ilustres especialistas como Walter Vitzthum y Michael Mahoney los que desde la década de 1960, han puesto las notas esenciales del estilo de dibujo de Ribera, y los que establecieron el corpus básico de obras autógrafas. Más recientemente, dos estudiosos han hecho aportaciones importantes para la ampliación y comprensión de la obra de Ribera: el británico Nicholas Turner y la napolitana Viviana Farina. Y antes y después, sucesivos investigadores han ido ampliándolo y modificándolo. Gracias al trabajo de todos ellos, ahora se publica este catálogo razonado de los dibujos de Ribera. Aquí, seis obras que pasan a ser confirmadas como originales del artista valenciano

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DEL 22 DE NOVIEMBRE DE 2016

AL 19 DE FEBRERO DE 2017

HORARIOS:

De lunes a sábado de 10.00 a 20.00 h

Domingos y festivos de 10.00 a 19.00

ENTRADAS:

General: 15 euros

Reducida: 7,50 euros

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